El 12 de marzo de 1930, Mahatma Gandhi emprendió la que se conoció
como Marcha de la Sal con vistas a arrancar la independencia de la India
al Imperio Británico. Después de un recorrido a pie de 300km, llegó el 6
de abril de 1930 a la costa del Océano Índico. Avanzó dentro del agua y
recogió en sus manos un poco de sal. Por este gesto irrisorio y
altamente simbólico, Gandhi alentó a sus compatriotas a violar el
monopolio del estado sobre la distribución de sal.
Este monopolio obligaba a todos los consumidores indios, incluidos
los más pobres, a pagar un impuesto sobre la sal y les prohibía
recolectarla ellos mismos. En la playa, la multitud, nutrida de varios
miles de simpatizantes, imitó al Mahatma y recogió agua salada en
recipientes. Su ejemplo fue seguido por todo el país. De Karachi a
Bombay los Indios evaporaban el agua y recogían la sal a plena luz del
día desafiando a los británicos. Como respuesta, los británicos enviaron
a prisión a aproximadamente 60.000 “ladrones de sal”.
Si bien en ese momento la India no logró su independencia, la Marcha
de Sal fue un importante paso para alcanzarla. La Marcha de la Sal
supone para los hindúes el equivalente al motín del té en Boston que
condujo a los Estados Unidos a la independencia.
Fuente: Culturizando.com
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