martes, 21 de junio de 2016

¿Existe un momento idóneo para la toma de decisiones?

¿Existe un momento a lo largo del día en el que es más apropiado tomar decisiones?, ¿o es mejor hablar de un momento genérico ideal para tomar una decisión? 
 Cualquiera sea el caso, este artículo busca acercarse a la importancia de la toma de decisiones en el interior de una empresa.

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La respuesta a la interrogante planteada en el título es "sí, existe un momento idóneo para la toma de decisiones". Y la respuesta los sorprenderá. El mejor momento para tomar una decisión es, en realidad, el último momento.
Para toda decisión a tomar existe un lapso de tiempo, y este lapso puede ser desde 10 segundos hasta seis años, o incluso más. Todo depende del caso en cuestión. Un jugador de fútbol, por ejemplo, dispone de pocos segundos para elegir a qué compañero pasarle la pelota ante una jugada de ataque. Por otro lado, un estudiante de medicina dispone de 6 años para decidir a qué especialidad desea dedicarse. En ambos casos, el mejor momento para decidir es en "el último momento" dentro del lapso de tiempo disponible para tomar una desición.
¿Y por qué? La respuesta reside en que si tomamos una decisión al final del lapso de tiempo disponible, ya sea un lapso muy corto o muy largo, seguramente evaluaremos durante todo ese tiempo las alternativas posibles de decisión que tengamos a nuestro alcance, analizando correctamente los pros y contras de cada alternativa.
Por el contrario, si tomamos una decisión al inicio o a la mitad del lapso de tiempo disponible para decidir, trataremos de concientizarnos de que la decisión elegida fue la correcta, y de que las no elegidas fueron las incorrectas. Sin lugar a dudas, esto último es perjudicial para la toma de decisiones y, por lo tanto, refuerza la teoría de que el mejor momento para decidir es el último momento dentro del tiempo disponible para tomar una decisión.

Es importante señalar que "el tiempo disponible para decidir" puede ser muy variable. Más allá de que la situación y las alternativas de decisión sean las mismas, todo dependerá de la persona encargada en tomar la decisión. Retomando los dos ejemplos indicados líneas arriba, el tiempo disponible para decidir a quién pasarle el balón en una jugada de ataque de un partido de fútbol va a depender mucho de la inteligencia y técnica del jugador que conduzca el balón.
Es posible que un jugador de alto contenido técnico, con experiencia y bastante conocimiento de juego, tenga muy interiorizado que si bien pasarán entre 8 y 10 segundos antes de que la marca rival le quite el balón, en realidad solo dispone de 3 o 4 segundos para tomar la mejor decisión dentro de las alternativas posibles. Sin embargo, un jugador joven y con escasos recursos técnicos, buscará tomarse el mayor tiempo posible para asegurar un buen pase y no perder la pelota.
Por otro lado, si bien el estudiante de medicina dispone de la totalidad del tiempo que dura la carrera universitaria para elegir qué especialidad desea estudiar, dicho tiempo disponible para decidir puede ser menor o mayor si el estudiante en cuestión ha decidido previamente que desea realizar sus estudios de residencia en el extranjero.
Considero que lo planteado en el presente artículo es aplicable a toda toma de decisiones, desde una decisión gerencial compleja -como la introducción de un nuevo producto en un mercado nuevo-, hasta una simple jugada de fútbol como la que mencionamos líneas arriba. 
¿Analizará, a partir de ahora, el tiempo disponible para tomar decisiones importantes y lo utilizará en toda su amplitud?
Foto: Pixabay
Artículo escrito por Máx Cardenas Suárez, participante del MBA de Tiempo Parcial en ESAN, además de cofundador y gerente general de la empresa EPSIMEDIC, para el blog Conexión ESAN.

Fuente: americaeconomia.com

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